Desde su condición de manual de apoyo universitario, esta obra ha querido conjugar el rigor en los planteamientos con la claridad expositiva, sacrificando llegado el caso la exhaustividad de la construcción teórica al pragmatismo académico. Incluso, con esa dosis evidente de fidelidad a la letra y el espíritu de los nuevos planes de estudio reflejada en los textos antológicos que acompañan cada capítulo, al objeto de facilitar el que, en un porcentaje razonable de sesiones, y a tono con la mejor teoría pedagógica, el aula se convierta de auditorio en taller, restituyendo a los alumnos su papel de protagonistas y haciéndoles sentirse lo que siempre debieron ser y, además, parecerlo.