La piel tiene una gran extensión y nos regala infinidad de beneficios, imprescindibles para nuestra salud. Es nuestra fachada, nuestras paredes en blanco, amarillo, negro o mulato. Y cuando en el sitio más íntimo del complejísimo metabolismo humano aparece un fallo, una desarmonía, enseguida le da la noticia al médico hablándole en forma de síntoma. Funciona como termostato de nuestra salud. Es igual de sensible para acariciar y recibir besos que para dolerse a su manera cuando algo nos está lastimando por dentro.
En Aprende a conocer tu piel seguro que encontraremos nuestro trastorno. Con sólo mirar el índice nos entra la sensación de estar ante un libro de gran interés popular. Empleé precisamente esta razón, la de hacer bien a mucha gente, que vive atormentada por enfermedades de la piel, para animar al doctor Conejo-Mir a escribirnos este hermoso libro. Un cálido homenaje al órgano más generoso del cuerpo humano, del que tan poco sabemos.MANUEL TORREIGLESIAS
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