Estamos asistiendo en nuestros días a un momento privilegiado del conflicto entre tradición y modernidad. Este conflicto se puede considerar ya cerrado y consolidado en numerosos ámbitos, como es el caso de la educación, la salud o las comunicaciones. Sin embargo, en el caso de la alimentación es precisamente hoy cuando podemos presenciar esa tensión en vivo, con todo detalle y en plena efervescencia. En torno a la comida y el comer se ponen en juego todo un complejo de saberes y prácticas, experiencias y sentimientos, emociones y sensaciones, identidades personales y colectivas... que hoy se ven conmocionadas por la formidable colisión simultánea entre maneras de comer tradicionales, modernas y posmodernas. Estos tres modos paradigmáticos de vivir y de pensar se nos revelan aquí no tanto como una secuencia histórica ya acaecida, sino con toda la viveza e intensidad con que los estamos viviendo esas gentes que comemos todos los días pero ya no sabemos bien cómo hacerlo, con todas nuestras angustias y desconciertos, pero también con toda la inteligencia crítica y la capacidad creativa con que acertamos a conjugar platos y hábitos tradicionales con la cacofonía informativa procedente de vecinas y nutricionistas, chefs mediáticos y publicistas, tenderos y gestores políticos de nuestra salud.A partir del análisis de numerosas entrevistas, anuncios publicitarios y noticias de prensa, este libro nos enfrenta con sorprendentes paradojas, como la ignorancia ilustrada con que nos solemos mover en cuestiones culinarias, el fetichismo nutricional con que hemos acogido la supuesta racionalidad alimentaria, o la gastropolítica que rige los estómagos de unos comensales aparentemente cada vez más libres de elegir sus menús y organizar sus comidas.