Hoy día, la educación de la ciudadanía en y para los medios audiovisuales está generalmente reconocida como una obligación moral de la institución escolar. Pero es igualmente aceptado que la escuela está fracasando, salvo excepciones puntuales, en cuantos intentos ha realizado en esa dirección (ilustración, cine, fotografía, TV, ordenador, etc.). ¿Cómo y por qué esta relación no es más fructífera?
Este libro expone cómo los medios y la escuela generan discursos construidos con lógicas radicalmente distintas, que difícilmente coincidirán. Tras este reconocimiento, en él se plantea la categoría de análisis "formas de participación escolar en la sociedad de la información" como un medio para comprender mejor lo que está sucediendo con esos dos mundos, así como la pluralidad de prácticas que se vienen realizando. Uno de los ejes de este libro es que para que la escuela responda a su compromiso social, político y cultural, debe asumir desde el currículum las dimensiones epistemológicamente más valiosas del discurso de los medios.
El título La escuela enredada apunta al momento de desconcierto que vive todo el "aparato escolar", en el cual, por un lado, pierden autoridad sus referentes modernos, a la vez que, por otro lado, se consolidan prácticas -incluso dentro de la institución escolar- que transgreden los límites organizativos externalizando prácticas y responsabilidades.