«Es difícil hallar en la historia de la filosofía un hombre que presente una variedad y una riqueza de pensamiento como las que Platón nos ofrece en sus obras; en él convergen y se aúnan todas las creaciones del espíritu de los siglos V y VI, filosofía, arte y religión. Aun así, esta unión no podía ser completa, puesto que, debido a su rica sensibilidad, arraigaban en él tendencias verdaderamente contradictoriasentre sí.» Con estas palabras, Giorgio Colli inicia su primera obra, aquel Platón político que más tarde desembocaría en tesis doctoral. Tiene sólo veinte años ;estamos en 1937;, pero no teme enfrentarse, tan pronto, con uno de los temas capitales de la historia de la filosofía antigua, ni señalar el camino que pretende recorrer: «Una única solución parece presentarse al crítico: interpretar a Platón históricamente, es decir, explicar sus aparentes contradicciones como fases sucesivas de su desarrollo espiritual». Y, en las páginas siguientes, asombrosas por la minuciosidad y la madurez de su pensamiento, resuena ya el inconfundible timbre que tiene la forma de argumentar de Colli y se dibuja un recorrido de suma importancia, en el que la investigación teórica es inseparable de la investigación filológico-histórica.