En un momento como el actual, en el que la crisis del sector inmobiliario y financiero ha llevado a que el acceso a la vivienda por parte de los ciudadanos se esté convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza, el alquiler puede ser una fórmula eficaz para garantizar este derecho. Los poderes públicos, conscientes de la magnitud del problema, han adoptado diferentes políticas tendentes a estimular el mercado de viviendas de alquiler.
En el marco de la Administración de Justicia, esta tendencia se ha plasmado en reformas del juicio de desahucio para tratar de convertirlo en un mecanismo que garantice una rápida recuperación de la vivienda y, por ende, incidir en una mayor fluidez del mercado de alquiler. Aún así, estas reformas se han quedado a mitad del camino. No se da solución a los casos en los que, a pesar de existir sentencia, se frustra la efectiva entrega de la vivienda.
La ejecución del desahucio de vivienda analiza el incómodo e imprevisible trayecto que recorre el arrendador desde que obtiene una sentencia a su favor hasta que efectivamente puede volver a entrar en la vivienda. La presente obra recomienda sistematizar la fase ejecutiva del desahucio, a fin de localizar y solucionar los problemas que retrasan -e incluso impiden- la rápida recuperación de la vivienda. En última instancia, el objetivo es dotar al juicio de desahucio, en todas sus fases, de los elementos necesarios para que se convierta en un mecanismo realmente ágil, sin que de ello se derive un recorte en las garantías procesales de las partes.