Después de En el desierto no hay atascos, Los niños del desierto es la continuación de la aventura, de la energía, del valor y del gran amor que impulsan a Moussa y a su hermano Ibrahim a crear una escuela en el desierto para que los pequeños tuaregs sean personas capaces de luchar por su pueblo desde sus campamentos y estén preparados para afrontar los grandes cambios que se avecinan para los hombres azules. Moussa e Ibrahim, al vivir fuera de sus campamentos de Mali, se dan cuenta de que la globalización, el calentamiento del planeta y los múltiples conflictos de África afectarán pronto a las costumbres de los tuaregs y que por tanto, deben desde hoy mismo preparar a las nuevas generaciones para afrontar todos estos cambios, estas largas sequías, estas guerras, para que su cultura no se hunda y desaparezca del planeta.