Una de las constates que define el clima escolar es la creciente conflictividad. Esta situación afecta a la labor educativa ya desde etapas tempranas, es decir desde Primaria y primer ciclo de Secundaria. La obligatoriedad hasta los dieciséis años, que ha tenido como consecuencia la incorporación a los centros de un amplio grupo de alumnado que, con sistemas educativos anteriores a la LOGSE, abandonaban la formación en edades temprana por diferentes motivos, prolonga y agrava esta situación. Pero no es la única responsable, la procedencia social, las dificultades, el desconocimiento del idioma, todo tipo de discapacidades, trastornos del comportamiento o de la personalidad, delincuencia, etc., son algunas más a tener en cuenta.
Los orígenes del problema debemos buscarlos en la evolución que ha sufrido el propio modelo de familia y en la relación que la población ha establecido con los servicios públicos, de los que exige prestaciones eximiéndose de toda responsabilidad.
El docente se ve, por tanto, exigido a hacer frente a una serie de demandas que van más allá de la propia docencia, partiendo de una formación que nada tiene que ver con el trabajo que se va a realizar.
En este libro desarrollamos un análisis basado en la experiencia diaria y prácticas de trabajo en centros de Secundaria y en la formación del profesorado, partiendo de la premisa de que el trabajo es posible y fructífero incluso en las condiciones más difíciles.
No existen fórmulas a recetas universales que den respuesta a esta situación, pero sí es posible mejorar de manera notoria la convivencia en el centro educativo. No olvidemos que el gran tema de la educación actual es CÓMO AFRONTAR LA CONFLICTIVIDAD.