Continua constituyendo a estas alturas de los tiempos, un insondable enigma la determinación de en qué casos los incumplimientos contractuales pueden permitir la formulación de una pretensión resolutoria y en qué casos no ocurre así.
La multitud de sentencias recaídas en esta materia ha ido convirtiéndola en un magma multiforme a través del cual resulta muy difícil orientarse. El autor en esta ensayo intenta poner orden en la materia, partiendo de las afirmaciones mismas de las sentencias del Tribunal Supremo y tratando de coordinarlas, aunque, al mismo tiempo, apunta algunos criterios de política jurídica.