¿Vivimos la política de forma colectiva, como resultado de la pertenencia a grupos ?socioeconómicos, religiosos lingüísticos?? con los que nos identificamos, o de forma individual, como resultado de opciones personales? En realidad, ni siquiera en ciertos periodos de la segunda mitad del siglo XX en los que la política se vivió con mayor pasión y el comportamiento político parecía estable, los ciudadanos actuaron como votantes leales de los partidos que identificaban con sus grupos de referencia. Pero tampoco en momentos más próximos, que parecen caracterizarse por el mayor individualismo del elector, puede afirmarse que las personas elijan sus opciones políticas ?libremente?, en parte porque las instituciones políticas y electorales de cada país condicionan la oferta de la cual eligen. El presente libro muestra que la vida política en las sociedades democráticas es mucho más compleja y puede entenderse mejor como una combinación de identidad y opción, aunque la presencia del elemento electivo frente al identitario sea mayor en nuestros días.