Someterse a terapia es buscar otra oportunidad, reescribir el gui243;n de una existencia que resulta dolorosa e insatisfactoria. Pero, 191;puede la labor de un terapeuta derribar muros que han tardado a241;os en levantarse? 191;Hasta qu233; punto tiene la terapia un efecto duradero? 191;C243;mo saber si aquella paciente pudo conservar su identidad adoptada de condesa espa241;ola, o si 233;l volvi243; a experimentar esa obsesi243;n psicosexual por una osa de circo? Y aquella otra paciente, 191;cometi243; otro "asesinato"?
Despu233;s de 35 a241;os de trabajo, un conocido psicoterapeuta neoyorquino se formul243; la pregunta: "191;Les habr225; servido de algo la terapia a mis pacientes?". As237; que el doctor Akeret comenz243; a visitar a sus pacientes m225;s memorables y nos ofrece aqu237; el final de unas historias extraordinarias que nos muestran la complejidad del coraz243;n humano.