reto de un jurista que urge a la razón individual de cada lector para que éste verifique por sí mismo la falacia de las modas ideológicas en las que puede hallarse eventual e inconscientemente inmerso.
El autor ha pretendido hacer un libro «sensato», es decir, de sentido común o «buen juicio», que es una manera de sabiduría llana y común; todo lo contrario de la sensacional originalidad que suele estragar al público de nuestros días. Aunque quizás ocurra hoy que lo sensato resulte ser excepcional y nuevo, es lo más conforme al auténtico estilo de un jurista, que, por su profesión, nunca busca destacar por su singularidad, sino por la conveniente edificación crítica del derecho fundado sobre una tradición respetable.
Como hay un arte de ser sencillo, hay también un arte de ser sensato, y a esa «sagesse» aspira precisamente el autor.
I. Naturaleza. II. Verdad. III. Patrimonio. IV. Potestad. V. Persona. VI. Matrimonio. VII. Servicio. Índice tópico. Referencias bibliográficas complementarias.