En nuestra cultura actual, la muerte es a menudo un drama que se oculta, que se vive -valga la paradoja- en soledad. Cada vez son menos las personas que mueren en casa, rodeadas de sus seres queridos, experimentado la muerte como un hecho natural. Y, sin embargo, como siempre, detrás de los fríos datos estadísticos sigue habiendo personas que acarrean, mal que bien, el dolor por la pérdida de seres queridos y que se enfrentan al reto de dar una respuesta a la vida...¿Por qué hablar de estos temas (muerte, duelo, ayuda a personas en duelo), que incomodan, que desasosiegan, que "ponen mal cuerpo"?Dentro del vasto campo de la humanización de la salud (una necesidad sentida por todos, profesionales y ciudadanos en general) no puede quedar en el olvido la humanización de todo cuanto rodea la última etapa de la existencia, envuelta muchas veces en un exceso de burocracia y funcionalidad.EZEQUIEL SÁNCHEZ, responsable de los grupos de autoayuda para personas en duelo del "Centro de Escucha San Camilo" de Madrid, ha sabido no sólo ayudar a numerosas personas en este duro trance, sino también reflexionar sobre cuanto acontece en el proceso y sobre las estrategias más idóneas para acercarse desde la relación de ayuda.