El derecho de reunión y manifestación es uno de los derechos fundamentales, cuyo ejercicio puede tener una mayor incidencia en los demás. Como el ejercicio de otros derechos, no respetar los límites inherentes a su naturaleza puede determinar la imposibilidad de ejercer otros tan fundamentales, humanos y dignos de protección como él. De ahí la trascendencia de una reglamentación adecuada, que, respetando su contenido esencial, invista a las autoridades gubernativas de potestades que les permitan adoptar las medidas preventivas adecuadas para encauzar su normal desarrollo y, en su caso, reaccionar frente a los excesos, con un proporcionado sistema sancionador, sin perjuicio de que los Tribunales en cada caso competentes hagan efectivas las responsabilidades de diverso orden en que se hubieran podido incurrir, restableciendo el orden jurídico preestablecido, con las indemnizaciones a que hubiere lugar.
A armonizar unos y otros derechos de la protección de quienes ejercitan el derecho de reunión frente a los que tratan de obstaculizarlo, y de los que sufren las consecuencias frente a los que abusan de su ejercicio, responde la Ley Orgánica de 25 de julio de 1983.
En este nuevo libro de la Serie derechos fundamentales y libertades públicas, González Pérez hace un estudio exhaustivo de esta Ley, con las modificaciones introducidas hasta la fecha, en especial de la LO 9/1999, de 21 de abril, así como de las normas de Leyes de tanta incidencia en este ámbito, como las reguladoras de la seguridad ciudadana, de los estados de excepción, y Fuerzas de Seguridad, con especial referencia a los policías locales. En definitiva, de un adecuado ejercicio de estas potestades dependerá sencillamente que vivamos o no en un Estado de Derecho.
Cierran la obra unos completísimos índices analíticos, de disposiciones legales y de la jurisprudencia citada, así como de autores.