Se recogen los pasos a seguir hasta obtener la documentación necesaria para que el acto formativo pueda hacerse realidad: fijación de objetivos, determinación de los contenidos y selección de las estrategias de acción. Por otra parte, cada vez más se amplían las tareas tradicionales del formador, como «comunicador», hacia otras como «director de grupos», lo que se traduce en una necesidad de ampliar sus conocimientos hacia aspectos propios de la Psicología Social más que de la Pedagogía. El libro presta especial atención a estos aspectos. Finalmente, se recuerda la necesidad de evaluar el proceso formativo con la idea de mejorarlo permanentemente para conseguir optimizar los resultados.