El encuadre psicoterapéutico de Carl R. Rogers se caracteriza por atender un aspecto de la experiencia humana que rebasa las categorías nosológicas tradicionales y por alterar el rod del terapeuta, al cual, en lugar de encargarle cura-a-alguien-que-está-enfermo, le asigna la tarea de comprender-al-otro, de ser el espejo de la expresión total de la vida de , convirtiendo a éste en su y a la relación iatréutica en o .
Esta obra expone los procedimientos de ayuda para que el individuo logre por sí mismo nuevas y más efectivas adaptaciones de su personalidad, tanto superficiales como profundas, y suministra varias y decisivas contribuciones para la ludoterapia de niños, la terapia grupal y la enseñanza escolar.