La realidad digital de la que emana Internet origina un elevado número de retos para los juristas, algunos de primer orden dado que afectan directamente a los derechos fundamentales, como es el que aborda este libro. La Red abre para la libertad de comunicación unas posibilidades que se desconocían en tanto en cuanto ofrece nuevas vías y formas de comunicación. Pero, al mismo tiempo, da mayores opciones técnicas para la injerencia en la vida privada y para la vulneración del secreto de dichas comunicaciones. Por lo tanto, el derecho al secreto de las comunicaciones requiere especial atención en la actualidad dado que el progreso tecnológico lo ha sometido a nuevos peligros, Semeja preciso proceder a una reformulación del mismo que complete las reducidas dimensiones que su origen liberal le otorgaba.Las comunicaciones que se efectúen en Internet por canal cerrado entran en el ámbito de cobertura del derecho al secreto de las comunicaciones. Su intervención está posibilitada por la Constitución siempre que medie resolución judicial. No obstante, esta previsión constitucional requiere el oportuno desarrollo legislativo, desarrollo que en España hoy en día no resulta del todo adecuado. Sin duda, la vigente legislación positiva muestra claras insuficiencias y falta de adaptación a la sociedad de la información. La solución radica en la realización de las oportunas reformas legislativas que eliminen la inseguridad jurídica. El régimen aplicable a la intervención de comunicaciones que tiene lugar en la Red resulta, por todo ello, dudoso.Tanto los investigadores interesados en tema de derechos fundamentales como los juristas prácticos relacionados con el tema de las comunicaciones son los destinatarios de esta obra, que persigue efectuar una aportación que ayude a todos ellos en su labor.