La creciente complejidad de la sociedad moderna ha implicado una complejidad también creciente de los modelos teóricos que tratan de describirla. Ello, que inicialmente podía apreciarse en las ciencias sociales, ha comenzado a expandirse a todas aquellas áreas del conocimiento en que se toca directa o indirectamente el fenómeno social.
El Derecho naturalmente, ha resultado uno de los sectores más comprometidos por esta necesidad. Y dentro de él, probablemente sea el Derecho penal el que menos haya podido sustraerse del proceso. La incorporación de algunos paradigmas teórico-sociales en la explicación del Derecho penal, ha permitido que lo que se iniciara como mero funcionalismo ya haya trazado líneas para enlazarse con la teoría de sistemas, la teoría de la comunicación, la teoría de la evolución y el constructivismo operativo.
El presente libro pretende acercar al lector a ese camino evolutivo, mostrando la estrecha vinculación que existe entre el funcionamiento del sistema de imputación de responsabilidad penal, y la sociedad que lo ha diferenciado. La comprensión de que la función del Derecho penal es una expresión particular de la función social del sistema jurídico se hace ineludible. Ello permite que al analizar al Derecho penal como subsistema social, se termine enfrentando las grandes preguntas que se ha hecho la sociología en el Siglo XX.