Los trabajos de las niñas y los niños del Carrau Blau nos muestran lo que podríamos denominar transformación creativa de los grafismos y de las letras. Es como si buscasen el sentido perdido de estos signos o quizá como si repasaran la historia de la escritura. Allí donde nosotros sólo vemos una a, una m o una p, los niños giran estas letras, les dan la vuelta, las transforman, las reinventan, ponen un polvillo de emoción e imaginación y, con descaro, buscan nuevos significados. De esta alquimia y de esta metamorfosis surgen, exactamente como por arte de magia y para maravilla de todo el mundo, poemas visuales. Es un proceso comparable a la invención de los jeroglíficos con los que nuestros antepasados iniciaron la comunicación escrita.