Mihaly Csikszentmihalyi sostiene que los mismos comportamientos, genéticamente programados, que hasta hace poco ayudaron a los seres humanos a adaptarse y multiplicarse, ahora amenazan su supervivencia. Las obsesiones con la comida y el sexo, las diferentes formas de adicción al placer, una excesiva racionalidad y la tendencia a centrarnos en los aspectos negativos de la existencia son algunos de los factores que ponen en riesgo el futuro de la humanidad.
Para revertir esta tendencia, el autor plantea que debemos liberar nuestra mente de ilusiones culturales tales como la superioridad etnocéntrica o la identificación con las posesiones individuales, y nos anima a encontrar modos de reducir la opresión, explotación e injusticia que se han ido arraigando en la estructura de la sociedad. Y, fundamentalmente, Csikszentmihalyi nos insta a asumir el control de la evolución humana, para lo cual sólo necesitamos concentrarnos en aquellas actividades que nos resulten estimulantes, que nos hagan sentir en equilibrio con el exterior y superar el conformismo y el caos.