¿Qué pasa en nuestras cabezas cuando pensamos? ¿Cómo es que los fenómenos físicos que se producen en el interior de un tejido gelatinoso dan lugar al fantasmagórico mundo de las experiencias conscientes, un mundo que contiene todo lo que sentimos y conocemos, todo, en definitiva, lo que somos? Científicos y filósofos se han enfrentado a preguntas como estas a lo largo de siglos y siglos, ofreciendo respuestas con nula o escasa base experimental. Sólo recientemente el tan oscuro como fascinante universo de la consciencia y el pensamiento humano está comenzando a convertirse en una auténtica ciencia, aunque en ningún caso lo ha hecho de una forma tan evidente y atrevida como mediante las ideas propuestas por el premio Nobel de Medicina de 1972, Gerald M. Edelman, ideas que él mismo presenta y desarrolla en este libro, escrito en colaboración con otro distinguido neurobiólogo, Giulio Tononi. Al igual que Galileo revolucionó nuestra comprensión del cosmos explotando las posibilidades de un entonces nuevo instrumento, el telescopio, Edelman se está enfrentando a ese «Santo Grial» de las neurociencias que es explicar qué es la consciencia, beneficiándose de las posibilidades que abre una ingeniosa tecnología que permite detectar minúsculas corrientes y ondas cerebrales asociadas a experiencias conscientes específicas. Construyendo sobre tales cimientos, Edelman y Tononi nos muestran en este maravilloso libro que los resultados de esas observaciones cuestionan una gran parte de las creencias convencionales acerca de la consciencia, y argumentan, reivindicando así a Freud, que el denominado inconsciente ocupa una parte de la actividad cerebral más grande de lo que se pensaba anteriormente. Y no sólo eso: apartándose radicalmente del concepto de consciencia como una entidad unificada, proponen que cada persona posee algo así como una «estructura consciente» única, una «huella de consciencia» personal. Somos únicos también desde este punto de vista.