Si, en biología, evolución sólo significa evolución genética, en otras disciplinas el concepto se asocia a un proceso de cambio o desarrollo, a veces con una gradualidad implícita que la distingue de la revolución. Andrew C. Fabian reunió a ocho célebres divulgadores de distintas disciplinas en la décima serie de conferencias del Darwin College, celebrada a principios del año 1995 en la Universidad de Cambridge, y les pidió que abordaran la idea de la evolución y su importancia en las diferentes ramas del saber. Así, Gould trata del concepto darwiniano de evolución en la tradición inglesa de observación de especies; Wolpert estudia cómo surgieron las criaturas multicelulares mediante la modificación (genética) del desarrollo del embrión; Diamond considera las divisiones políticas actuales como fruto de la historia humana desde la última edad del hielo; Ingold insiste en que el punto de partida más prometedor para unificar las ciencias biológicas es la biología del desarrollo; Rees describe la evolución del universo como un proceso de desplegamiento en el que las condiciones iniciales fueron decisivas; Dyson muestra cómo surgen la especiación y la simbiosis en el universo físico, y argumenta que las revoluciones producidas por instrumentos son mucho más comunes que las basadas en cambios conceptuales; Rogers, al tratar de la evolución de las ciudades, se centra en la evolución de Londres como un proceso de cambio acumulativo; y Beer plantea que en un género literario como la novela sólo cabe el concepto de evolución en el sentido de desarrollo progresivo.