De ser un país deprimido y recordado por su pobreza, la India ha pasado a ser vista como la gran promesa de la economía mundial, un país de emprendedores del software, de la industria médico-farmacéutica, del outsourcing de servicios... Desde que recuperó su soberanía en 1947, inició la deconstrucción de un sistema intervencionista que frenaba las ansias de libre iniciativa de sus ciudadanos. El país afronta ahora el camino de la prosperidad, a través de la creación de puestos de trabajo y de riqueza; estamos asistiendo al renacimiento de uno de los países más poderosos del planeta.