Para ganar regatas, no basta con ser rápido, maniobrar bien y llegar. También hay que saber por dónde ir y controlar a los adversarios. La táctica y la estrategia son los dos activos principales utilizados por la tripulación de alto nivel para alcanzar sus objetivos.
La táctica concierne principalmente a la manera de situar su barco en relación a la flota; la estrategia permite elegir el mejor camino utilizando el conjunto de parámetros disponibles –viento, corrientes, meteorología, reglas de la regata–, analizando el comportamiento de los adversarios, y reclamando la comunicación entre la tripulación. Son muchos los aspectos a tratar y se requieren muchas aptitudes para poder analizar todos los datos y hacer una síntesis, adaptándose al mismo tiempo a las constantes evoluciones del transcurso de la regata.