Si no tienes claro si una enfermera que pincha en el turno de noche, es una DJ. Si estás convencido de que la persona que inventa el tamaño de las pastillas, no es buena persona. Si crees firmemente que llamarle pijama a la ropa de trabajo no es serio. Si no soportas a las señoras que te dicen en qué vena tienes que pincharlas y alguna vez te has quedado mirando las venas de alguien en el metro, éste es tu libro. Bienvenido al mundo de Enfermera Saturada. Un mundo donde el delirio se mezcla con el humor, a veces negro y siempre muy fino, y donde el día a día del hospital siempre supera a la ficción. Os lo juro por Florence Nightingale.