Han transcurrido diez años desde que Ulises y Epérito se unieron al grupo de héroes que luchaban por la mano de Helena de Esparta. Desde entonces, el único deseo de Ulises es gobernar pacíficamente su reino de Ítaca. Sin embargo, Epérito se aburre ante la continua calma y desea volver a sentir la euforia de la batalla. Cuando la flota de Agamenón aparece en el horizonte, Ulises comprende que el tiempo de la paz ha llegado a su fin y la guerra tendrá un nuevo aliento. Helena de Esparta ha sido raptada por un joven troyano y Grecia tiembla. Ulises tendrá que convencer al joven Aquiles para que se una a las tropas que tomarán la ciudad de Troya, pues sin su ayuda, las puertas de esta ciudad nunca caerán