Los primeros días de abril de 1944 las paredes de París amanecieron cubiertas de quince mil carteles rojos que portaban los rostros de diez de los veintitrés partisanos fusilados en febrero del mismo año.
Con estos carteles, en los que se calificaba a los activistas de criminales, la propaganda nazi pretendía desvirtuar su lucha e insultar su recuerdo.
No sirvió de nada. Los nombres de los hombres y mujeres que, desde las filas de la MOI (Mano de Obra Inmigrante), combatieron el fascismo en la Francia ocupada, perviven hasta nuestros días como ejemplo de valentía y dignidad.
Este libro narra las vivencias de judíos, polacos, húngaros, búlgaros, austríacos y alemanes, poetas de la acción, que mataron y murieron en nombre de la libertad cuando más se necesitaba.