Una hoja cae sobre un hombre desamparado en mitad de la calle, un matrimonio en las tristísimas afueras de una triste ciudad encuentra compañía en un erizo que acaba convirtiéndose en un monstruo, el onírico paisaje del turbio invierno holandés, las lentas deformaciones internas que sufren las mujeres borrachas obligadas a ocultar su embriaguez, una figura tan silenciosa y oscura que se confunde con la noche, un pequeño país a orillas del mar donde las jóvenes se vuelven feas después de casarse, tres viejas de un pueblo de montaña: Camino nocturno presenta nueve relatos en los que, con un estilo sobrio y contundente, revelador, Hohl expone los hechos, a partir de pequeños detalles y breves escenas, en su más íntima y humana profundidad. «Conozco a muchos escritores ―afirma Dürrenmatt―. Ludwig Hohl es el único ante el que tengo mala conciencia. Hohl es necesario, nosotros somos pura contingencia. Nosotros documentamos lo humano, Hohl lo establece.»