«El ladino cartaginés» cuenta con la trama habitual y los personajes estereotipados que constituyen el rasgo esencial del teatro plautino: chico enamorado de chica prostituta, pero sin dinero para disfrutarla, se sirve de los servicios de un astuto esclavo siempre dispuesto a engañar al malo de la comedia, el proxeneta. Pero junto a este planteamiento general, la comedia se individualiza y engrandece cuando aparece en escena un personaje singular, un padre cartaginés que recorre el mundo en busca de sus hijas. A pesar de no ser esta una de las comedias más famosas de la producción plautina, «Poenulus» atesora virtudes más que suficientes para dedicarle atención y estudio: el doble engaño, la presencia de una lengua extranjera, el personaje coral de los testigos, el carácter contradictorio de las jóvenes protagonistas y alguna sorpresa más como el moderno y dinámico uso del lenguaje, en que Plauto siempre sobresalió.