Tanto 233;l como ella creyeron que se hab237;a tratado de un sue241;o, de una fantas237;a. Aquella noche, en un remoto pe241;asco del norte de Escocia azotado por las olas y la tormenta, hab237;an compartido unas horas de pasi243;n y peligro, cada uno creyendo que el otro era una aparici243;n sobrenatural. Siete a241;os despu233;s, la vida de Meg ha dado un giro completo. Ahora es una de las mujeres m225;s ricas de Gran Breta241;a, poseedora de t237;tulos y tierras. Pero el destino no ha dejado de jugar con ella: a su peque241;a isla escocesa, su refugio particular, llegan hombres con ideas de cambio y de progreso. Y al frente de ellos, el diablo que surgi243; del mar aquella lejana noche pero, esta vez, totalmente de carne y hueso.
ELLA CRE205;A HABER CONOCIDO A UN DIOS...
Meg Mc Neill se resiste a creer en las supersticiones de sus abuelas. No cree que aquel hombre con el que comparti243; unas horas de amor salvaje en las oscuras rocas de Sgeir Carn fuera el dios marino del que hablan las leyendas escocesas. Pero no puede negar que, desde aquella noche, su vida ha cambiado totalmente. Ha heredado el t237;tulo y la fortuna de su abuelo materno, y ha dejado de ser una sencilla muchacha para convertirse en la poderosa baronesa Lady Strathlin. Su mayor tesoro, sin embargo, es el peque241;o Ian, la 250;nica prueba de que aquel lejano y fant225;stico encuentro ocurri243; realmente. Cuando vuelve a encontrarse con Dougal Stewart, todo lo que posee, su isla, su t237;tulo e incluso su hijo, corren peligro. Pero aunque ahora sabe que s243;lo es un hombre, sigue siendo incapaz de resistirse a su poder de seducci243;n.
...Y ENCONTR211; UN HOMBRE CON VOLUNTAD DE HIERRO
Dougal Stewart siempre crey243; que la hermosa mujer160; que salv243; su vida tras un naufragio y que le entreg243; su cuerpo entre las rocas hab237;a sido una fantas237;a o, incluso, una sirena de leyenda. Cuando conoce a Meg, su salvadora,160; y descubre que la obsesi243;n que le ha quitado el sue241;o durante a241;os es una mujer muy real, decide hacerla suya cueste lo que cueste. Para conquistarla hace uso de la misma determinaci243;n que muestra a la hora de realizar su trabajo, la construcci243;n de un faro en aquella remota isla. Pero ambas tareas resultan tit225;nicas: Meg oculta alg250;n secreto, y el constructor del faro se enfrenta a la oposici243;n de la terca baronesa due241;a del lugar.