«Era probable que no hubiese tregua nunca: tendría que pasar cada hora y cada día del resto de su vida conquistándola, seduciéndola...»
Mario, un joven funcionario de provincias, vive dedicado a su trabajo y, sobre todo, a su mujer, Blanca, por quien siente una profunda fascinación juntos forman una pareja complementaria: él encarna la sencillez, la paz del hogar, la fortaleza; ella, en cambio, representa el lado exquisito de la vida, pero también la inestabilidad.
Por eso Mario vive intranquilo, siempre alerta. Percibe que algo inquietante amenaza su unión. Algo que quizá tenga relación con el oscuro pasado de Blanca.
Antonio Muñoz Molina construye en esta novela, con su habitual maestría, un singular relato sobre el amor y otras turbadoras pasiones del ser humano.