Gigi es criada en el ámbito de una singular familia: una madre, actriz de variedades, una abuela que adopta su apellido de un amante español, y una tía que vive de pasadas glorias y le enseña a comer langosta o a distinguir un diamante junquillo; todo para transformarla en la distinguida «cocotte» de un adinerado azucarero y asegurar así su futuro en el París «fin de siècle». Colette, miembro de la Real Academia de Bélgica y de la Academia Goncourt, supone un hito entre las figuras intelectuales del siglo XX. Esta edición acomete una nueva traducción de la obra.