Kawashima Masayuki está casado con Yoko. Están enamorados, tienen una hija de cuatro meses, trabajos estables, pan cocinado en casa: felices. Pero éste es un libro de Ryu Murakami, escritor experto en exponer las inmundicias del considerado el mejor de los mundos posibles. Kawashima contempla dormir a su bebé todas las noches. Y todas las noches se convence de que no la apuñalará. No a su hija.
Tras las pulsiones asesinas, tras los desdoblamientos de personalidad, la sed de inflingir(se) dolor, existe una carencia, un daño infantil, la huella marcada a fuego de la alienación. Murakami, elegante y sinuoso, traslada al lector al otro lado del paraíso, al que denuncia sin estridencias y sin piedad.