En una película inolvidable, Los profesionales, oímos este diálogo: Todos somos bastardos... Sí, pero unos de nacimiento y otros por vocación. Y descubrir a cual de las dos especies pertenece cada quien es tarea que desde tiempos remotos, Aquiles contra Agamenón, ha merecido la atención de los poetas...Una novela que tiene la honestidad de interrogarse sobre la naturaleza de las palabras que la constituyen. Que resulten ser palabras bastardas o palabras legítimas es decisión que se deja en manos del lector o lectora aunque no sin antes recordarnos que las palabras de la narraciones ajenas son también las palabras de nuestras de cada día dánoslas hoy.