Un hombre le habla a su hermano del pasado reciente y de una mujer, que, sospecharán los lectores, es a su vez muchas otras mujeres. No sabemos exactamente dónde ni cuándo. Y el cómo es el propio relato: un oscuro monólogo contra la Amada (¿antiamoroso?) lleno de imágenes y emociones contrarias, en el que el autor se sirve de la mística sufí y los tratados espirituales españoles en una ?operación? similar a la que llevaran a cabo John Cage o Peter Handke respecto a la obra de Meister Eckhart.
Un monólogo que hace convivir la tradición siciliana de Bufalino o Consolo con algunas canciones de rabia, crítica y desamor de Los Planetas.
"Santos que yo te pinte", que ha sido escrito y reescrito durante los últimos diez años obsesivamente, forma parte del ciclo Piezas breves, abierto en 2010 por Julián Rodríguez como si fuera un sistema de vasos comunicantes, donde textos viejos y nuevos, inéditos en libro, cobran nueva forma.