La nueva taxidermia enlaza dos historias que giran alrededor de la reconstrucción de un pasado idealizado y de la gestión del yo en el complejo mundo contemporáneo. En Qué inmortal he sido, la narradora y protagonista pone todo su empeño en disecar los espacios del pasado en los que disfrutó de algo parecido a la felicidad y coquetea con la idea de ser otra, la otra de su propio pasado. En Voz de dar malas noticias, Belinda, la protagonista, también quiere ser otra, en su caso a través de sus muñecos, que utiliza como voz ortopédica. De ese modo se explora la dificultad de hacerse responsable de la propia voz y de lo que por medio de ella comunicamos a los otros. Dos nouvelles extraordinarias que confirman a Mercedes Cebrián como una maestra de la literatura sutil y precisa, iluminando con su prosa el panorama de una nueva generación de escritores...Decir que no hay nadie que haga las cosas que hace Mercedes en el panorama literario español es una frase que parece mentira de puro cierta, o de puro trillada. Se ha dicho ya que había tantas personas que eran los únicos en hacer algo en tantas partes (comerse cincuenta huevos, sumergirse a pulmón, invadir Polonia) que parece no decir nada que Mercedes Cebrián sea única en su especie. Y sin embargo lo es..Andrés Barba