¿Sabe usted qué es un lector? Pascal Quignard, en este escrito misterioso, habla de quienes pasan su existencia entre libros y cuya pasión es llegar al estupor que provoca la lectura. Más que un ensayo o un relato, El lector es un conjunto de fragmentos llameantes, de reflexiones poéticas sobre la sed de leer y la naturaleza enigmática de cada página. Así, desde los primeros párrafos, va surgiendo un libro fantasmal y paradójico: nada se concluye, nunca deja de atraernos, se nos oculta a veces en su parte media, sólo al final deja entrever cómo ha sido tejido.
El lector tiene como argumento inicial la volatilización repentina de un obsesivo «lector», doble de Quignard. El yo del narrador, paso a paso, «habla a un usted de un él que ha desaparecido sin que se pueda encontrar su huella». ¿Ardió? ¿Fue devorado por los libros? Este hecho imaginario y entre sombras evoca una seducción -el mucho leer y mucho escribir- que es abrasadora e imposible.
En el fondo, Quignard viene a describir cómo en toda lectura se esfuma la realidad, pues «quien lee a libro abierto lee a mundo cerrado». El lector se abre como ese libro que toma en sus manos, y se abisma en su deletreo; se entrega a él como si se dedicara a algún arte mágico, en un estado flotante, en una espera solitaria y fuera del tiempo.
Pascal Quignard (nacido en 1948), es el escritor más riguroso y profundo de su generación. Se han traducido al castellano ya dieciocho de sus libros, entre ellos La lección de música, Todas las mañanas del mundo, El sexo y el espanto, Villa Amalia y Las sombras errantes. Pero en El lector -escrito en 1976 cuando Quignard era precisamente lector de la editorial Gallimard-, están las semillas de toda su abundante trayectoria literaria.