"El origen de este librito se encuentra sin duda en la última parte de otro mío, Vidas escritas (Ediciones Siruela, Madrid, 1992 Alfaguara, 2000), un apéndice o colofón que titulé "Artistas perfectos" y en el que comentaba muy brevemente treinta y siete retratos de escritores, todos ellos extranjeros y ya muertos. (...) Los quince retratos incluidos en este volumen, de ocho españoles, tres argentinos, un cubano británico, un chileno, un uruguayo y el húngaro..."