En el barrio de Belleville confluyen todas las razas, todas las edades, todas las lenguas, todas las religiones, todos los colores, todos los perfumes, todos los oficios de tres al cuarto, todas las músicas, todos los frutos, todas las verduras, todas las cocinas de esas colinas del nordeste de París. Es un planeta en miniatura aislado de los avatares del mundo, condenado a desaparecer por obra de los promotores urbanísticos. Sólo queda una opción: oponer resistencia. Benjamin Malaussène vuelve a estar en el vórtice de los acontecimientos: aunque angustiado por su próxima paternidad, intenta salvar de la demolición el Zèbre, el cine de Belleville donde va a exhibirse la Única Película, un filme misterioso que se proyectará una sola vez. De pronto empiezan a sucederse los asesinatos, y todos los indicios apuntan hacia él, más chivo expiatorio que nunca. El señor Malaussène es una novela que rebosa de amor a la vida, donde caben locos y cuerdos, y cuyo único enemigo es la sociedad de los pretendidos vencedores, obsesionados por las apariencias, la falsedad y la vanagloria.