Había una vez un hombre que amaba a los niños. En su opinión, cualquier enfado o el más leve indicio de que no se estuviese prestando suficiente atención a un niño era motivo para que los padres perdieran a ese hijo.Por desgracia, Hector Woollie no trabajaba para el Servicio de Protección de Menores. Había una vez una mujer llamada Leslie que antes tenía una vida feliz, pero ahora está divorciada y enfrascada en interminables batallas con su ex marido.Cuando su hijo Ian y Charlotte, su hermanastra menor, desaparecen, Leslie teme que su hijo haya huido, pero no puede entender por qué se iba a llevar con él a la niña