Richard Lod publica una novela en la que el rey de un país que no es España, pero se le parece mucho, es asesinado de modo que su muerte parezca un accidente, y el príncipe, al convertirse en rey, procede a desmantelar la monarquía y llevar al país hacia la república. La vida del novelista cambiará radicalmente cuando el rey, en la vida real, fallece en condiciones idénticas a las que él ha narrado en su novela. Érase una vez un príncipe republicano condensa toda la ironía y desparpajo del autor de otros títulos como El amigo de Jack Nicholson o El diario secreto de ZP.