Devolvemos a los lectores La busca del jardín, obra que, en 1978, recibió en Francia el Premio Médicis a la mejor novela extranjera, y en la que Héctor Bianciotti inicia en cierto modo esa larga aventura personal que el tiempo, la distancia, el cambio de lengua y, sobre todo, la distorsión de la memoria han ido convirtiendo, en los últimos veinte años, en sucesivas obras de ficción que, finalmente, le han conducido hasta la Academia de las Letras francesa. En el jardín, extraño terreno acotado en la inmensidad de la pampa argentina, el Niño descubre un día, gracias a las revistas del corazón, que más allá de aquel ilimitado llano uniforme existe otro mundo donde se conjugan lo bello, lo armónico y lo sabio. Y Jardín es la primera palabra de esta novela, concebida, según el propio autor, «como una especie de pequeña e íntima enciclopedia». Porque desde el Niño hasta el Hombre —los dos protagonistas de esta historia—, serán los nombres de lugares, personajes y circunstancias los que irán tramando este itinerario de ida y vuelta, dominado por la nostalgia y el remordimiento.