Un estudioso de la geometría de Aristóteles y una joven cronista de una revista de modas se aman y se desean en modo absoluto y exclusivo. Se revelaron ya mutuamente todos los secretos y las complejidades eróticas propias de cualquier pareja de nuestro tiempo, inquieta y curiosa. Cuando el autor “sorprende” a sus personajes, éstos se encuentran veraneando en una casa de campo y llevan ya conviviendo el período normal en que las relaciones eróticas tienden a mustiarse, de no cultivarlas mediante juegos más elaborados que los crean las pasiones iniciales. Uno de estos juegos es precisamente La pequeña María, una jovencita de doce años. El autor narra cuatro días de este principio de verano en que sus personajes elaboran y llevan a término el arriesgado “juego” que conciben en el hermoso esfuerzo por reanimar y sacudir la amenazante monotonía de sus, aun así, intensas y sofisticadas relaciones eróticas Es, en suma, una historia de amor, pero contada desde las raíces profundas de toda vida amorosa : el Eros. Interesados, como editores, en “adivinar” al autor que oculta el seudónimo de Sylvain Saulnier, rogamos al editor francés que nos proporcionara algún dato biográfico orientador para el lector de lengua española. La editorial nos remitió la siguiente nota que “Sylvain Saulnier” redactó sobre sí mismo en respuesta a nuestra petición : “El autor, sin ser joven, no es viejo ; es francés, parisino, escribió relatos, ensayos, teatro y, pese a trabajar en el mundo editorial, siempre consiguió preservar su soledad y su independencia literaria.” Desde aquí, no estamos en grado de añadir sino que La pequeña María es sin duda obra de un excelente escritor, quien probablemente realizó en esta ficción uno de sus más íntimos y, quizás, irrealizables deseos.