Con un estilo sencillo, casual, y una forma certera, Peaje se atreve a contarnos una historia de historias, donde amor y desamor, crítica social, sentimientos y un humor negro inolvidable se mezclan en una novela coral que transcurre en la cabina de peaje de una autopista. Esta circunstancia elegida por el autor, la reducción del escenario a un universo cerrado, de leyes rígidas, es la que le permite desplegar una gran cantidad de técnicas narrativas que llevan a generar sensaciones tan dispares como la detención del tiempo o la descomposición de la personalidad.