Cierro los ojos con fuerza frente al espejo. Hace frío pero mi cuerpo no tiembla por eso. Aprieto con fuerza mis manos en mis brazos, ahí, plantada, sin camiseta frente al espejo. Abro los ojos, y me sorprende mucho que sigan allí.
02013; Como sabes, me llevaba molestando algo en la espalda desde que me levanté, y me incomodaba mucho la mochila 02013; le narro a mi madre, comenzando apenas la historia, sentándome en el borde de la cama donde ella organiza cosas al lado de esta.
Levanto la mano lenta y temblorosamente hacia la fina y caída parte de arriba de mis alas. Frente al espejo, tiemblo, asombrada, apretando todavía con un brazo mi cuerpo. Me he quitado la mochila y el abrigo, pero para nada para encontrarme lo que tengo delante.
02013; ¿Por qué a mí? 02013; pregunto.