«Envuelta en la atmósfera digna de una tragedia griega, una imposible pasión amorosa signada por la fatalidad nos conduce desde las primeras líneas de Sangre en el ojo al escenario de un pueblo andino de la Argentina más profunda.
Pocos personajes aseguran la intensidad de una acción donde priman un diálogo ágil y un estilo austero: Miguel, ?con un volcán en la sangre?, Sibila, obligada a casarse con un viejo juez, y Demetrio, el seductor mujeriego, forman el terceto que desencadena el drama; doña Laura, madre y víctima; el padre Bartolomé, que sentencia con un anatema; Manuel, el Turco, desde su aureola de campeón de billar, oficia como observador y oráculo de un destino marcado de antemano, como las ?carambolas? que decide sobre el verde rectángulo de la mesa.
Destino y predestinación, odio, amor, linchamiento y muerte, planean como aves agoreras sobre estas páginas de textura impecable».
Fernando Aínsa