Emily se cree perversa, atrevida y liberada. Su aburrida y monótona vida da un giro con la aventura que inicia en un islote cerca de La Gomera, donde un raquero la ata de manos.
Kilómetro tras kilómetro de arena, sin sombrillas, ni toallas; en un lugar primitivo y sin gente, ahí empieza todo un periplo marcado por fantasías de sumisión.
Emily descubrirá de forma sorprendente los placeres carnales de todo tipo: gritos de placer, espaldas arqueadas, giros de pelvis..., para converntirse en la mejor concubina, la amante perfecta.