Poco conocida en España, pero admirada fuera de nuestras fronteras, la duquesa de Sagan (1781-1839) fue una de las mujeres más respetadas y envidiadas de época. Culta, inteligente y rica, la duquesa de Sagan supo saltarse las barreras de su tiempo ejerciendo, desde su salón literario, y también desde su alcoba, su influencia en todos los hombres en cuyas manos estaba el destino de Europa: desde el zar Alexander de Rusia o el rey Friedrich-Wilhelm de Prusia, hasta Talleyrand, Metternich e incluso el propio Lord Wellington o Napoleón Bonaparte.
Intriga política, relaciones amorosas, amistades, confesiones y también asuntos bélicos destacan en la vida de la duquesa. Y a lo largo de la narración se introducen, además, otras dos historias paralelas: la de una muchacha, protegida de la propia duquesa y amiga de Metternich, genio del ajedrez, y la de un joven oficial prusiano. Es la de ellos, así, una historia que resume la vida de un siglo, el que significó el paso de la monarquía absolutista al Imperio napoleónico y el posterior liberalismo.
Con una prosa brillante y dotada de un gran sentido del humor, Ildefonso Arenas recupera a este personaje, más propio de la novela que de la historia, para contarnos quién fue: una época y unas peripecias que cambiaron el rumbo de todo un continente: Europa.