El muchacho, en apariencia, solo quiere devolver dos libros y rebuscar un poco entre las estanterías. Pero en la sala de lectura se topa con el extraño bibliotecario, un anciano furibundo que lo introduce en el laberinto de la biblioteca y allí, lo encierra. En la mazmorra de papel recibe deliciosos manjares, servidos por un misterioso hombre-oveja y una bella muchacha muda. Poco a poco percibe que los límites entre los objetos, las personas y los espacios son cada vez más difusos. La biblioteca secreta es una pesadilla kafkiana y al mismo tiempo una sensible historia sobre la pérdida y la soledad. Murakami construye a través de su habitual estilo, cargado de símbolos tan familiares como herméticos, una historia sutil acompañada por las turbadoras ilustraciones de Kat Menschik.