Los ochenta cuentos gitanos de esta recopilación son una completa muestra de uno de los más preciados tesoros de la cultura romaní: la tradición del relato oral. Los cuentos abarcan un marco cronológico muy amplio, algo más de un siglo, y proceden de más de treinta países diferentes, con una gran diversidad de estilos. Por sus temas, los relatos tienen un sabor inequívocamente calé. Todos ellos aluden a ocupaciones tradicionales de los gitanos, como la herrería, la música (en especial la interpretación de la guitarra y el violín), la elaboración artesanal de utensilios y muebles, el chalaneo de caballos, la adivinación... Estos temas nos permiten introducirnos en una cultura cercana y no obstante desconocida. «Historias irónicas, conmovedoras, alegres, sombrías, aterradoras, románticas o varias de estas cosas a la vez», afirma Diane Tong en la introducción, que ofrecen un completo mosaico de la imaginación gitana.